Ira

El Franquismo y la derecha en el Estado español se llevan bien

La primera mitad  del siglo XX fue un vuelco en la historia contemporánea a causa de la guerra civil, lucha provocada por un ataque frontal a un gobierno legítimamente refrendado en las urnas; es curioso constatar cómo la oposición de este país, a falta de golpe de Estado, ha utilizado la pandemia, un siglo más tarde, como herramienta de desestabilización política y medio para alcanzar el poder en una sociedad democrática en la que los levantamientos armados  los planean los militares vía  WahsApp. Hablo de la derecha, da igual naranja, verde que azul. Se caracteriza por denostar la imagen de España cuando ellos no la gobiernan, bloquear renovaciones de órganos del Estado adoptando un perfil inconstitucional o acudir a Europa a hablar mal del gobierno de coalición para que no lleguen a España los fondos que (¡ay!) no van a gestionar ellos.

Imagino a Mariano Rajoy  gestando en WashApp  la reforma laboral de 2012, esa que, como no, da a los empresarios la supremacía de los convenios de empresa sobre los sectoriales posibilitando bajadas de sueldo a su libre albedrío. Lo imagino con Villar Mir, el CEO de OHL, el presidente de Acciona o Ferrovial, empresas todas ellas estandarte del trabajo precario, adjuntándole los archivos de los decretos leyes que iba a llevar a los consejos de ministros de “los viernes de dolores” para la ciudadanía de a pie, ésa que aporta el 80% del IRPF. Y me ha venido a la cabeza la guerra civil y el Patronato de redención de penas que se inventó Franco para aprovecharse del trabajo esclavo de prisioneros y prisioneras de guerra a favor del Estado. Los hombres salvaban sus vidas en función de su fortaleza física para reconstruir un país destrozado, daba igual edificios que vías de tren, conmutando un día de prisión por uno o más de trabajo y cobrando mucho menos del bajo salario del obrero libre. Las empresas contratistas eran, ¡oh, sorpresa!, las mismas pero con otro nombre: Agroman, construcciones Huarte , la familia Entrecanales o la de Duro Felguera. Alguno ya pensará que le salía más rentable vivir en dictadura que en un gobierno de coalición que sube el salario mínimo interprofesional ¡No me extraña! Los esclavos y esclavas de  hoy en día quieren comer todos los días; y varias veces; y vivir dignamente sin carencias. Y encima, después de la pandemia osan decir que por la mierda que les pagan no vuelven a limpiar mesas o hacer camas.

Por eso están  Casado o Abascal haciendo una oposición furibunda: a falta de circunstancias favorables para dar otro golpe de Estado, que la UE no les va a permitir, la falta de patriotismo es lo que les caracteriza para llevar a cabo una política que consiste en arrasar al contrario.  Total, tienen un siglo de experiencia; y tiene que ser rapidito que se gastan los fondos europeos…

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