Ira

Las piernas del PP

La había visto más veces pero quedé prendado de ella con aquellas fotos en las que decía “cómeme”, con el pelo revuelto y la boca entreabierta, enseñándome sus piernas; yo acudí presto a dejarme trenzar en sus brazos y permití que anudara con sus sugerentes pies el cabo que me ataría a ella durante años. Cuando me acerqué a besarla, noté que su lengua se desenrollaba como la de los lagartos de la serie “V”. La empujé aterrado y me saqué rápidamente de la lengua la papeleta del PP; Mariano Rajoy la nombraría vicepresidenta del Gobierno a por representar tan artísticamente el ADN del partido: las apariencias engañan y la realidad no es como la pintan. 

 Hoy la sugerente Soraya Sáenz de Santamaría mira altiva mientras  responde preguntas a periodistas elegidos; soberbia Soraya, pensé que lo nuestro duraría toda la vida y te has dedicado a maltratarme desde el inicio de nuestra unión; primero fueron las ruedas de prensa del Consejo de Ministros los viernes, donde me amargabas el fin de semana con anuncios de recortes y reformas laborales que dejaron seco mi bolsillo. Luego me culpaste cuando te siguieron hasta tu domicilio, como si las papeletas de todos los incautos no hubieran servido para protegerte de la “desarraigada clase media”. Y cuando los jueces fallaron en tu contra, me diste un par de patadas en los huevos con esas piernas adorables de fémina desangelada. Tiene razón el alcalde de Valladolid: las vallisoletanas te pueden arruinar la vida. 

Ahora que vas de elegante recatada sigo soñando con pegarme un revolcón contigo, con esas piernas. Te postulan para alcaldesa de Madrid y, como niña de buena familia, niegas la mayor como otras tantas mientras  os crece el  colmillo pensando en los beneficios de la privatización del agua del Canal Isabel II o de las guarderías públicas madrileñas http://www.lamarea.com/2014/04/23/la-educacion-infantil-madrilena-sigue-la-cabeza-de-la-privatizacion/; pero ya no me engañáis, que soy currela  pero no tonto: ahora quiero portada en el Interviú tuya, de Cristina Cifuentes y Dolores de Cospedal,  para veros con Paco y con Antonio en el bar de la plaza, y ¡nada de piernas! ¡Puritanas!

Firmado: Manolo el de la gasolinera.

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

ACEPTAR
Aviso de cookies