Capital y recortes, corrosivos sociales
Hundimiento de la demanda y desaparición de la clase media; ésas son las consecuencias de la política neoliberal que el PP emprendió en 2011 bajo la tutela de la Troika. Desdeñando a la clase trabajadora, se optó por poner a salvo las rentas de capital en detrimento de las rentas de trabajo por medio del rescate bancario y la práctica supresión del impuesto de Sociedades, que solo llega a un 3,5% en 2013. Según el economista Pedro Barragán, se aumentó la carga fiscal a las rentas de trabajo mediante subidas del IVA y del IRPF hasta constituir más del 75% del total de lo recaudado por la Agencia Tributaria en 2013.
¿Cómo hemos llegado a esta situación? Para empezar, fue el gobierno del PP, representante de la Banca y el Capital, quien permitió la amnistía fiscal de fortunas evadidas a paraísos fiscales a cambio de abonar el 1% del total de lo que declarasen; para conseguirlo hicieron leyes para ellos mismos que permitieron dicha amnistía a miembros del PP y aunque Cristobal Montoro prometió revelar las identidades en 2014, se ha escudado en la protección de datos para mantener el anonimato de estos millonarios. Posteriormente la reducción salarial, la desregularización del mercado laboral y los recortes en pensiones han sido el objetivo de las políticas neoliberales del PP para lograr el incremento del capital en manos de las grandes fortunas. ¿Cuál era el objetivo? Concentrar la riqueza a la espera de inversiones que nunca han llegado y que solo han traído el hundimiento de la demanda interna y la llegada de capital extranjero; los ricos son cada vez más ricos y esta extrapolación de las clases sociales está produciendo la desaparición de la clase media. Los países del norte tienen en mente convertir en esclavos a los del sur de Europa mediante la precariedad laboral y los salarios bajos porque esto les garantiza trabajadores baratos. Alemania, locomotora del euro, marca la pauta al PP en la austeridad fiscal que se traduce en más recortes sociales, redistribución de impuestos a los asalariados y la eliminación de la progresividad fiscal o lo que es lo mismo, menos Seguridad Social y más IVA para que así nos paguemos nosotros nuestra propia jubilación.
De esta manera, la aportación de la clase trabajadora a los ingresos del Estado ha caído a un 37,8% en 2013, frente al 41,1% del 2007 y el PIB per cápita que en este año era el 96%, ahora está al 88%. ¿Cuáles han sido las causas? Evidentemente, si se gana menos se aporta menos y el consumo se estanca, pero esto no parece tenerlo en cuenta el equipo de Mariano Rajoy, cuya política económica se ha basado en aumentar la carga impositiva a la clase trabajadora mediante subidas del IVA y del IRPF y liberar a las grandes fortunas del pago de impuestos mediante una reforma fiscal que ya empezó el PSOE en 2007 con la progresiva eliminación por ley del impuesto de Sociedades.
En muchos países europeos han optado, de cara a las elecciones, por congelar los recortes y la economía ha crecido. Precisamos pues, un Banco Central Europeo que ignore las directrices de la Troika y nos financie emitiendo Deuda que luego comprarían las entidades rescatadas, como Bankia, imitando a la Reserva Federal norteamericana. La recuperación económica pasa, como no, por garantizar los derechos sociales, auditar la Deuda, derogar el artículo 135 de la Constitución y juzgar a los responsables de la Deuda ilegítima.