En la noche de los muertos vivientes, la madre de Caperucita la Coja le habló tiernamente a su hija:  “¡Escucha hija! nos han quitado la ayuda a la dependencia y la abuelita está sola en casa. Vete cojeando como puedas y llévale la cestita con comida, que ahora por rebuscar en la basura le multan”. “Pero mamá,-respondió Caperucita compungida- se va a hacer de noche y me da miedo la oscuridad”. “Hija, si no le llevas la cesta la abuelita no nos ayudará con su pensión y yo tengo que ir a buscar trabajo.  Vete por el bosque y aléjate del cementerio; ¡verás como llegas enseguida!”

  1. Repatriarás sacerdotes en estado terminal en vez de trasladar los cuidados paliativos al lugar de origen. Como son religiosos, además traerles gratis. Agradecimientos de parte de la millonaria Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Va a resultar que nuestros abuelitos solo han acumulado por encima de sus posibilidades los medicamentos que les cabían en el armario. El dinero ahorrado toda la vida de duro trabajo, en vez de guardarlo en ese armario, prefirieron invertirlo en compra de preferentes en su banco de toda la vida. “Los ancianos –que diría Cristóbal Montoro- han quebrado el sistema farmacéutico. Justo es, pues, que los directivos de Caja Madrid se hayan apropiado de su dinero con argucias ilegales hasta convertirlo en dinero B”. Quien roba a un ladrón…