Dinero B, con B de roBar

Va a resultar que nuestros abuelitos solo han acumulado por encima de sus posibilidades los medicamentos que les cabían en el armario. El dinero ahorrado toda la vida de duro trabajo, en vez de guardarlo en ese armario, prefirieron invertirlo en compra de preferentes en su banco de toda la vida. “Los ancianos –que diría Cristóbal Montoro- han quebrado el sistema farmacéutico. Justo es, pues, que los directivos de Caja Madrid se hayan apropiado de su dinero con argucias ilegales hasta convertirlo en dinero B”. Quien roba a un ladrón…

Cuesta creer que Cristóbal Montoro, ese que decía en el Congreso que conocía partidos políticos o artistas que no pagaban a Hacienda, no supiera también que gente de su propio partido dilapidaba de forma delictiva para Hacienda el dinero en B, B de black. En sus múltiples comparecencias en el Congreso, Cristóbal Montoro no ha mencionado nunca las operaciones de ingeniería financiera de Esperanza Aguirre o Ignacio González en la llamada “obra social” de  Caja Madrid. En ellas, el abuelito Miguel Blesa, entre otros,  se ha levantado unos 500.000 euros de propinas en diez años. Para compensar, las pensiones de los sufridos preferentistas suben un 0,25% con respecto al año anterior. 

Dicho de otra manera, mientras unos viven estupendamente robando, otros tienen que hacer de colchón familiar para acoger en casa a hijos que han perdido el empleo o la casa, o ambas cosas; les queda como consuelo que, aunque Caja Madrid se haya desangrado con las famosas tarjetas de dinero  B, la recuperación económica hace que haya más comida en los contenedores y así los nietos no se desmayarán de hambre; el político de turno dejará de sufrir por negarles los comedores escolares en verano ante la posibilidad de estigmatizarles mientras los de Caja Madrid se comen la herencia del abuelo en los mejores restaurantes. Falta de oportunidades: por eso emigran los jóvenes; los jóvenes y Cañete, pero esto ya da para otro artículo.