Ira

Cajeros

Allá por abril del 2014 nos enterábamos de que la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, había tenido un pequeño percance con una moto por ir a sacar dinero de un cajero; este acto cotidiano, que realizamos la ciudadanía con frecuencia, tenía su carácter simbólico y quiso Esperanza que, ante cualquier hecho delictivo, se pusiera el foco en lo que realmente había provocado “un hecho aislado”: el acto de emprender una persecución tras arrollar la moto.

Se cierra un ciclo desde el 15M con aquella expresión famosa: ”si no están contentos con el sistema, que se presenten a las elecciones”. “La Esperanza es lo último que se pierde”, anuncia el refrán, y aunque es cierto que algunas ranas salieron de la ciénaga, otras continúan flotando entre “marrones”; tras dejar atrás a un Paco Granados ya en la cárcel y sin filiación al PP o a Bárcenas, del que nadie en Génova sabe nada  a pesar de lo que él cuenta en sus declaraciones, Ignacio González ya ha anunciado que “no se come el marrón él solo”. La  maraña de relaciones mafiosas ha salido a la luz por la pugna por una doble financiación que no es la “A” o la “B”, sino la del PP y la del gobierno de la Comunidad de Madrid. Ante la posibilidad de crear un atasco en el centro, tesoreros del partido y gobernantes  se centraron en cobrar mordidas e inflar la facturación de empresas públicas para luego cubrir gastos y sacar dinero del cajero. Con él  se cubrían demandas de primera necesidad, como los áticos y las cuentas en Suiza; la cosa habría quedado así, salvo porque se tiró de cajero público para no parar en el carril bus. Se sufragaron campañas y mordidas de todo tipo con intereses diferentes  y acabaron poniéndose detectives y denunciándose mutuamente. La ambición no tiene límites en la delincuencia de cuello blanco porque dinero llama a dinero. 

A la luz de las palabras de Mariano Rajoy tras la dimisión, “me preocupa Venezuela”, me llama mucho la atención que una de las maniobras que realizó el PP en el gobierno fuera la de sobornar funcionarios chavistas, con lo cual puedo pensar que, antes de que el titular del día fuera “La Guardia Civil desvela la compleja operación mediante la cual el PP, a  través de Ignacio González, estaba transfiriendo dinero a Podemos”, los populares hayan maniobrado, mediante acuerdo con los medios de comunicación afines, para que representen la dimisión de Esperanza. Rafael Simancas, el que pudo ser presidente de la Comunidad de Madrid en 2003 y no lo fue por culpa del llamado “tamayazo”, estará contento. No hay nada mejor que ver pasar el cadáver de tu enemigo. 

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