Cloacas sin sellar
No quieren vernos ni en pintura y eso es bueno. Décadas dedicados a campar a sus anchas en el país en el que todo quedó atado y bien atado, en el paraíso de los chiringuitos montados con dinero público para atraer sobornos y mordidas que enriquecieron a los que se apuntaron a la democracia para trincar pasta. Los nietos y sobrinos del régimen en un sistema en que los peldaños de la Administración se construyen con funcionariado elegido con criterios de igualdad y capacidad mientras que sus dirigentes son puestos a dedo entre gente de confianza, manipulable y no problemática para mover sus hilos. Todo con tal de perpetuar el régimen. El de Franco, claro.
No voy a enumerar los casos de corrupción del PP antes y después de haber sido condenado por tal motivo, ni la trama Villarejo con López Madrid y los insultos a la doctora Pinto. Me puedo quedar en el contexto actual ilustrando con una de las últimas sentencias judiciales cómo más de 40 años después de la muerte del golpista, sus cachorros cambiaron las formas y vocabulario para tratar ante las cámaras que barrían todo el espectro político por aquello de vender una democracia moderna y representativa, a la vez que manipulaban y delinquían con la impunidad que otorga ocupar puestos de poder y comprar y vender voluntades. Una ellas, la de Ramírez, investigado por la entonces jueza Victoria Rossell, que osó en postularse en listas de Podemos por Canarias haciéndole la competencia al millonario Soria. Urdieron acabar con su carrera política dibujando el camino que debería trazar Isabel Díaz Ayuso cuando se cuestiona la legalidad de una actuación de una candidata política con antecedente de alzamiento de bienes dimitiendo como diputada para defenderse. Hoy en día repite en el Congreso con una sentencia ejemplar que supone para el todavía juez Salvador Alba 6 años y medio de cárcel y 18 meses de inhabilitación. Se acabó su carrera judicial, motivo por el cual pactó con el empresario Ramírez involucrar al marido de Victoria Rosell en una trama delictiva y queda a la vista el nepotismo de esta acomplejada democracia a la que no le queda ni la mayúscula si es española y que no exige otros méritos que la sombra del poderoso que ve en él la manera de perpetuar su poder.
La hipotética entrada en un gobierno de Podemos ha traído de cabeza a todas las ramificaciones de estómagos agradecidos que entendieron muy bien qué significaba la Transición: gobernar para no cambiar nada. Y cuanto menos ruido, mejor. Solo de esa manera y sin la entrada de Podemos en las estructuras del Estado se puede mantener el sistema bajo amenaza de falta de estabilidad, riesgo e incertidumbre; y no han escatimado medios, también públicos, para difamar contra Pablo Iglesias y cuando archivaban la causa… Venezuela abriendo todos los informativos; el hijo mayor de Aznar ha entrado en el negocio del márketing de la mano de capital venezolano pero él no es una amenaza por hacer negocios con Venezuela porque perpetúa la especie.
Tenemos muchas oportunidades si nos dejan, a todos los que no somos los “hijos o sobrinas de”. Oportunidades de hacer una política social que con el PSOE en solitario es pura falacia y mitin de campaña electoral. No se legisla para el pueblo; PSOE ha legislado y ha votado con el PP leyes para que sus cachorros se beneficien de fondos buitre que desahucian familias que no pagan por una reforma laboral que eliminó la fuerza vinculante de los convenios y cualquier atisbo de dignidad a los trabajadores y que les impuso la ley Mordaza para que no pudieran protestar. Y eso es lo que yo no voy a olvidar cuando baje las escaleras de mi casa para ir al colegio electoral, aunque sea la cuarta vez en los últimos cuatro años.