Los árboles del PP mueren en verano
De pequeños nos han enseñado que los “brotes verdes” de las plantas se producen en primavera, lucen espléndidas en verano y mudan de hoja en otoño pero el cambio climático altera esos ciclos, y el cambio social también. Este verano es la prueba de que el árbol de raíces vigorosas que veía el gobierno del PP no está tan nutrido como a Mariano Rajoy le hubiera gustado, debido principalmente al tipo de abono utilizado: el miedo. El miedo es un factor extraño que tiene la mala costumbre de cambiar de bando de vez en cuando y que sirve para que la gente actúe según un designio u otro. Yo no conozco a nadie que no haya pasado miedo de pequeño y ahora España dicen que está en muy mal momento. No importa lo que diga Mariano Rajoy, con sus “raíces vigorosas”; fuera de aquí, la cosa está clara y el otoño viene caliente.
Debido al miedo, han caído ya varias ramas, entre ellas la reforma del PP de la ley electoral para la elección de alcaldes, también llamada pucherazo electoral, pero eso depende a quién le preguntes. La reforma de la ley del aborto del PP se va a quedar en un cajón ante el temor a perder más votos del millón y pico que les auguran las encuestas y si hay suerte y Dios existe, le pido que Alberto Ruíz- Gallardón dimita ante tamaña afrenta, le doblen por la mitad y le metan en el mismo cajón. Juan Carlos de Borbón y Emilio Botín están ¿muertos? y enterrados pero eso no cuenta porque han puesto a la familia al frente de la misma empresa.
A pesar de todo, los árboles de la capital española están de enhorabuena y los ciudadanos más. Ana Botella, alcaldesa “porque sí”, abandona el barco y no se presentará a la reelección. En su haber deja, como consecuencia de la gestión municipal, 7 muertos, 6 heridos y numerosos desmanes económicos, entre ellos, la venta a fondos buitre americanos de pisos de titularidad pública… a 67.000 euros la vivienda en Madrid, que no en Cuenca; vuelvo a pedir a quien corresponda que esta Botella no sea reciclable, como Esperanza Aguirre, que ha pasado a ser un cadáver político de cara a las municipales cuando se ha puesto a emular a Ángel Carromerro en Cuba. Y sin olvidarnos de Rouco Varela, al que han despedido con la llegada del nuevo Papa y ahora se ha apoltronado en el palacio arzobispal, pero por ése no pido a Dios porque sus contactos impedirán que recurra a Stop Desahucios.
Dicho todo esto, está claro que este país necesita una clara regeneración que empieza por la renovación de fauna y flora, que es imposible que crezcan plantas robustas en un subsuelo podrido. ¿Qué tal si empezamos por las municipales?