Ira

Las copas de Pedro Morenés

En la época  en la que Gila preguntaba “¿Está el enemigo?” con el ridículo casco camuflado con  ramas, tenía a su lado en la trinchera sentados a la mesa a la flor y nata de la sociedad caciquil: el cura, el maestro, el alcalde y el general. Caían a su alrededor chistes “de racimo” que evidenciaban que la guerra, como el “Soberano”, era cosa de hombres. Pedro Morenés todavía no estaba en el Gobierno.

Si el entrañable Gila hubiera seguido vivo en 2011 o 2012, la respuesta de si está el enemigo la podría haber dado el propio Pedro Morenés, eso sí, ya vía SMS por aquello de la tecnología. “El enemigo está en Venezuela, entre otros países. Por eso y por la amistad que nos une con Hugo Chávez mandamos material antidisturbios de la empresa Instalaza, de la que soy consejero, por valor de unos 400.000 euros”. Si les soy sincera, no me sorprende tener un representante chavista  sentado a la mesa tomando una copa de Soberano con Rouco Varela, Wert y Mariano Rajoy pero sí me extraña mucho la visita a España de la mujer del encarcelado alcalde Antonio Ledezma para sacarse una foto con ellos.

Pero desde  2014, Pedro Morenés ya es ministro de Defensa y ya no contesta a las preguntas de su ejército para localizar al enemigo. La capitana Zaida Cantera y la diputada de UPyD Irene Lozano le reprochan su omisión de funciones y autoridad ante el caso de acoso sexual y laboral, procedente del coronel Isidro José de Lezcano Mújica, que según dijo en el juicio no volverá a acercarse a una mujer “por miedo” o lo que es lo mismo, el Ejército es cosa de hombres. Lo mismo debe pensar el ministro Morenés cuando le manda callar en tribuna a Irene Lozano con el dedo. ¡Desde que las mujeres han entrado en el Ejército, éste se ha desprestigiado muchísimo!.

Y es que hubo un tiempo en que a las fuerzas armadas no hubo más remedio que incluirlas en la oligarquía  porque si no, España se hubiera convertido en otra dictadura. Por eso, por su conciencia de pertenencia a la élite, su cohesión interna, la posibilidad de dictar sus leyes y el secretismo con el que actúan, el estamento militar se quedó en el 36 y las mujeres solo valen para meterles mano. Y así, mientras saboreamos la copa, escuchamos a Pedro Morenés hablar de su amistad con Hugo Chavez y a Eduardo Inda de la de los líderes de Podemos con Venezuela. ¿Sordera selectiva? No. Brindan juntos, se igualan por arriba y todo queda en casa. 

 

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