El rincón de las conversaciones

STOP TIPP

30 monedas de plata bastaron a Judas Iscariote para vender a Jesús a los soldados del Sanedrín. Vivimos en Occidente y  por aquello de la tradición cristiana ellos tenían que ser los primeros en dejar huella. La felonía de Judas fue provocada, tal y como predica San Juan en la Biblia, porque Judas era el tesorero y se quedaba con el dinero conseguido en vez de repartírselo a los pobres. Como ven, a partir del Antiguo Testamento no se ha inventado nada.

Hubo un tiempo en que Alemania estaba dividida en dos, China no compraba nuestra Deuda y EEUU ponía el pie en Latinoamérica. La reunificación alemana  fue el germen de la Europa de los 28 pero la hegemonía estadounidense vició el acuerdo hasta extender sus tentáculos en Europa por medio  de la OTAN. Hoy ni discuten, ni pelean, ni tienen como finalidad crear ententes para defender seguridad y derechos, sino que son plataformas, como el TTIP, que sirven de foro de reunión para lobbies poderosos de la industria militar, alimentaria o energética que buscan sus propios beneficios en una economía neoliberal donde implantar políticas antisociales les renta más que esas 30 monedas de plata que le pagaron a Judas.  El TTIP es ese acuerdo comercial con que la UE y EEUU pretenden frenar la invasión económica del gigante chino. Eso sí, en secreto.

Jyrki Katainen, Vicepresidente de la Comisión Europea de Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad vende las bondades del TTIP como la panacea en Europa para salir de la crisis e Iñigo Urkullu le cree; gracias a las inversiones se crearán miles de puestos de trabajo, dice, pero calla el sometimiento de los estados soberanos a arbitrajes privados que impone este Tratado trasatlántico y que busca proteger a las multinacionales frente a, por ejemplo, nacionalizaciones u otras decisiones contra sus intereses; con el TTIP podrán reclamar indemnizaciones a los gobiernos. ¿Adivinan quién va a acabar pagando las multas? En China, donde no hay regulación en el etiquetado alimentario, son frecuentes las muertes por intoxicaciones. Aquí la desprotección ambiental la protagoniza la búsqueda de petróleo en forma de fracking. Les pongo otro ejemplo: en la industria de la cosmética europea hay unos 1200 componentes tóxicos; en EEUU “solo” hay 11 declarados.  ¿Quién renunciará a sus normas a costa de los ciudadanos? ¿Por qué les parece tan bien a PP y PSOE?

Desde que se aplican las medidas de la Troika, percibo la entrada en la UE como una traición de los grandes partidos que han impuesto decretos y normas, como la Ley Mordaza, para poder aplicar ese tipo de políticas conteniendo  a la población. Nos han vendido al mejor postor a cambio de dinero y poder y la UE ya no es el sistema de protección a la ciudadanía que era. 

La Troika quiere que el Plan Juncker y el TTIP se aprueben en 2016. La movilización social, representada en partidos de izquierdas y minoritarios como Equo, Podemos, IU o Los Pueblos deciden, entre otros, se torna fundamental para plantar cara a este abuso a los derechos sociales, ambientales y sanitarios escudado en avances económicos. Nos encontrarán enfrente; y si no, que recuerden que la mitología cristiana empezó con Jesucristo y 12 apóstoles y mira la que liaron.

 

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