Ira

Epoca de rebajas

Todas las libertades que dábamos por sentadas en la época de los 90, como el derecho al aborto, a salir a la calle hasta las tantas, a la manifestación, a la libertad sexual y al divorcio han intentado ser reducidas 25 años más tarde. De hecho, con Gallardón nos libramos de una buena gracias a que metieron en el cajón la reforma de la ley del aborto, esa que  obligaba a las mujeres a tener hijos con malformaciones o producto de una violación no denunciada “porque la maternidad hace libres a las mujeres”; parece un slogan de las rebajas. De haberse apurado  algo más, se habría podido abortar  en “Cuéntame” y en España no.

Poco a poco, los gobernantes nos han ganado terreno en aquello del poder de decisión en un sistema llamado Democracia con más rebajas de derechos. Acaban de introducir la protección de la figura del detenido en medios audiovisuales , así, por el morro, cuando le ha tocado a Rodrigo Rato y sin embargo les ha importado NADA  grabar a chavalería acampada en la calle reclamando unos derechos de forma pacífica y meterles en una furgona sin saber si son menores o no. Otro indicador de que lo primero que cuenta es la posición en la que naces es la del real silbido; o sea, una mujer se tiene que aguantar cuando un obrero de la construcción de los que (afortunadamente) cada vez quedan menos le silba y comenta su estado de buena salud, y silbar la marcha de los granaderos, que ha sido el himno real desde hace más de tres siglos y encima adoptado por Franco es saltarse la legalidad porque le pitan a la aristocracia, a los curas y a los militares, léase clase privilegiada, con la consiguiente rebaja de prestigio. ¡Ya podía haber hecho declaraciones Felipe VI a favor de la libertad de expresión en Madrid en vez de largarse a París a homenajear a los republicanos españoles! Aunque, ¡qué remedio le ha quedado! Es agotador visitar fosas comunes desperdigadas por toda la Península, en especial para la consorte, acostumbrada al tacón. 

En “la España reconciliada que representa la nueva monarquía”, en palabras de la alcaldesa de París, retumba toda la hipocresía del sistema y la ignorancia de la regidora, de origen gaditano para más inri. La España reconciliada se da en ficciones de humor como “Ocho apellidos vascos”, ni siquiera en “ Cuéntame”,  pero en este país los pactos y su transparencia  para formar gobierno tras las elecciones forman parte del paquete de rebajas una vez votados. Yo espero de mi partido político un desfile de lencería sugerente por la que se produzcan todo tipo de  tocamientos entre las fuerzas de Izquierda para echar a la Derecha genocida, que son sus hijos los que nos gobiernan. En vez de eso, encuentro un par de dimisiones para lavar la cara en cuanto a corrupción delante de Ciudadanos y Podemos, que tienen la llave de la gobernabilidad en todo el territorio. ¡Alma de cántaro! ¿Dónde van a estar recolocados para finales de año Lucía Fígar y Salvador Victoria?

Ciudadanos pensando pactos con partidos que no han hecho primarias, como en su día dijeron,que ya es la primera rebaja;  PSOE «postureando» con Podemos, Podemos “donde dije digo digo Diego” e Izquierda Hundida separándose de la Federación de Madrid. La sexagenaria Esperanza, muy necesitada, detrás de todo lo que se mueve; Susana Díaz dando de mamar a Chaves y a Griñán; Compromís y socialistas valencianos batiéndose por la Generalitat y dejando la puerta abierta a Rita Barberá. Y todo esto con la luz apagada; ¿de qué sirven los cuerpos desnudos si hay una oscuridad que no te deja ver y oír lo que dicen? La cosa tiene su morbo: desde Manuela Carmena con el presidente de Bankia hasta menáges a trois en según qué comunidades. Ya lo creo que se parece a Cuéntame: en las actitudes retrógradas que muchos están manteniendo, porque lo de la efervescencia sexual de los 80 lo llevan a rajatabla y “si por razones del guión me tengo que bajar los pantalones, me los bajo”. Queridos votantes: empiezan las rebajas para gobernar. ¡Todo sea por acabar con el Biparticidio!

 

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