Boxeo entre Manuela Carmena y Esperanza Aguirre en el Circo del Sol
Nunca creí que diría esto, pero por una vez estoy de acuerdo con Esperanza Aguirre: nunca ha engañado a nadie en cuando a su ideología y voluntad políticas. Tras unas cortas vacaciones y retomar la medicación, ha decidido hacer terapia con la escritura y criticar a Manuela Carmena por los atascos en Madrid cuando llueve. “De Madrid a los soviets”. Así define la presidenta del PP madrileño la trayectoria subrepticia que está llevando a cabo Manuela Carmena en el ayuntamiento de la capital del ¿Reino? Alegando que en su visita a Cristina Fernández de Kitchner se le ha caído la careta a Manuela Carmena, porque está claro que apoya gobiernos dictatoriales que niegan la libertad, se olvida la que fue propuesta para taquillera del Circo del Sol de explicar a todos aquéllos que no son sus votantes fieles el porqué de ese extraño concepto de “libertad”.
El liberalismo ha ido evolucionando a lo largo de la historia, pero en los gobernantes nacionales mantiene solo la concepción económica: la no intervención del Estado en el devenir de los mercados; ese liberalismo surgido de la unión entre burguesía y nobleza para defender sus propios intereses. La separación de poderes y la democracia participativa se les olvidó por el camino, así que a ellos no se les puede negar que son unos innovadores sociales. De esta manera, pueden magrear a discreción la Democracia de este país otorgando en un pispas poderes al Constitucional que en su vida soñaron los jueces con tener, hasta que individuos como Esperanza Aguirre impusieron su dictadura; perdón, quise decir mayoría absoluta.
Así, en defensa de esas libertades que solo se refiere a la libertad para defender la propiedad privada, se gesta el hashtag #PParaLaLibertad, que en realidad quiere decir libertad para matricular a mi prole en escuelas concertadas y religiosas mientras tú las pagas con tus impuestos, o libertad para elegir en qué hospital operarse, cuando la lista de espera del público es de dos años y el del privado dos semanas. O en el caso de ella misma, de decidir qué países son dictaduras o no, tal es el caso de China, al que viajó siendo presidenta de la Comunidad de Madrid.
Mientras tanto, el equipo de Manuela Carmena ha comunicado la rescisión de los contratos con las agencias de calificación, o mejor dicho de sustracción, porque hay que ver el dinero público que se comen estos intermediarios para luego no ser responsables de nada. ¿Qué les pasó con Lehman Brothers o Bankia? De la triple A al cielo, y digo al cielo porque son cadáveres que, a diferencia de los de las fosas comunes, han sido rescatados con fondos públicos. Hizo bien el equipo de la alcaldesa en grabar las conversaciones y en filtrarlas, que de eso no tengo duda alguna: la ciudadanía necesita que le pongan la verdad delante de las narices para que se percate de lo que les importa: “no auditen empresas públicas”, dicen en tono amenazante, “que el gobierno de Ana Botella tiene pufos con nuestra connivencia” empezando por Madrid Destino. Cristina Cifuentes, presidenta del PP en la Comunidad de Madrid, no ha dicho ni pío. Respuesta de Manuela Carmena: no os necesitamos para nada, no estoy en condiciones de emitir deuda…..
No le veo yo a Esperanza Aguirre como taquillera de ningún espectáculo como sugería Antonio Miguel Carmona, más bien como estrella rutilante de diversos números porque se le dan bien el equilibrio y las fieras. Capaz de fotografiarse con toda la trama Gürtel “que ella misma destapó” sin que le acusen formalmente de nada. Le falta para consagrarse proponer como alcaldable a David De Gea para traerlo a España, que no será por no haber hecho negocios con Florentino Pérez, dueño y señor de ACS, Sacyr, FCC y otras empresas encantadas con esta relación. Mientras tanto, ahora que las encuestas le dan el aprobado a Manuela Carmena por su gestión y la peor nota posible a Esperanza Aguirre, sugiero que se le envíen a su cuenta de Twitter @EsperanzAguirre mensajes como: “Manuela es buena persona”, “Manuela Carmena es culta”, “Manuela lo hace mejor que tú”, “GALLARDÓN lo hacía mejor que tú…”