Ira

El rey desnudo

Lo que les voy a narrar aquí es el cuento modernizado de un alto cargo rey de las finanzas, Juan Manuel Soria,  que creyó que la apariencia es todo lo que reluce, pero que tuvo la desdicha de vivir en un país cuyo sistema de gobierno, la Monarquía parlamentaria, le obligó a reconocer que, efectivamente, iba desnudo por la calle. No me  jacto del sistema de gobierno de este país sino de lo fácil que es retirar temporalmente de una puerta giratoria a un exmiembro del gobierno en un año electoral dificilillo. 

Todo empezó en una cena de compañeros de promoción de técnicos superiores del Estado; Luis de Guindos, ministro de Economía y por ende tocayo en el Congreso del no menos conocido Juan Manuel Soria, encontró la solución para prolongar la carrera profesional de ese amigo entrañable que era el ya exministro de Industria y así, permitirle cobrar la jubilación. Experto en el tema, no es óbice que sus  compañeros de facultad ocupan cargos en la élite mandataria del PP, Luis de Guindos y Juan Manuel Soria escogieron un traje a medida para revestir a este reputado profesional de las finanzas, que lo mismo tiene una sociedad off shore en Panamá que representa los intereses de España por ser cargo público; no me negarán que la ambivalencia no tiene mérito….

Así que se presentó en su despacho y le ofreció un traje a medida en el que todo el mundo que fuese hijo de su padre reconocería sus méritos para pasearse por el país con una elegante vestimenta de director del Banco Mundial: político de renombre, funcionario del Estado, inglés, experiencia en el Banco Mundial o en otras entidades financieras internacionales,….Juan Manuel Soria palideció, ya que veía que no cumplía ninguna de ellas, pero ante la vergüenza de que pensaran que no era hijo de su padre, calló. 

Mariano Rajoy, conocido como jefe de políticos con sociedades off shore que no cotizan en España, avistador de hilillos de chapapote, alma de la Gürtel y del partido imputado, tampoco veía nada que vistiera la dignidad de Soria, pero no le dio importancia a eso de no ser hijo de su padre, porque como presidente en funciones, se enteraría por la prensa. 

Y así, con el DNI en vigor, paseóse por todos los medios de comunicación una vez nombrado por Luis de Guindos  alabado por periodistas insignes como Isabel San Sebastián,  Francisco Marhuenda o Bieito Rubido, que aunque conocían gracias a El Confidencial la falta de publicidad de la convocatoria y su contenido, también tenían más miedo a no ser hijos e hijas de sus respectivos padres.

Y se destapó el pastel por el citado periódico, por la investigación de las bases que se incluyen en el artículo. La moraleja del cuento no es que a Juan Manuel Soria le diese vergüenza ir como su madre le trajo al mundo,  que no su padre, sino que una mentira no tiene por qué ser una verdad por muchos que la repitan. 

 

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