Ira

¿Qué hay de lo mío?

En pleno órdago de Pedro Sánchez, al que le deseo una muerte rápida y quince años después de que el Parlamento andaluz aprobara la ley de consultas populares, el primer referéndum andaluz ha preguntado a los sevillanos si quieren un día más de fiesta en la Feria de Abril. Si no fuera por la demora en la puesta en marcha de tan democrática herramienta, parecería que la población andaluza mayor de 16 años ha cerrado los ojos y ha imaginado que estamos en Suiza.

Con todos mis respetos, no escribo este artículo para reírme de Andalucía sino del morro que tienen sus dirigentes, que al “derecho a decidir” le llaman a otra cosa que no sea preguntar por qué la tasa de abandono escolar es una de las más altas de Europa, o que hagan un análisis del éxito del PER entre los parados, secuela de un carácter conformista con pocas aspiraciones. Siempre  he despreciado a gente como Esperanza Aguirre, que al no gobernar en la Comunidad andaluza se ha burlado de su gente al grito de “coméis las migajas” cuando en su partido han puesto barracones para meter escolares en Valencia; o ministras hablando de analfabetismo. Además, el morro no consiste en no preguntar sino en no poner soluciones cuando se está cobrando por ello. 

Ocurre que tampoco quiero ponerme trascendente porque la situación es irrisoria hasta la tumba. De un partido que ha pasado de gobernar el país hasta cuatro legislaturas seguidas el PSOE cuenta con 85 ridículos escaños y Susana Díaz ha querido demostrarle al ¿presidenciable? en qué consiste eso de consultar a las bases; ¡como darle una hostia a alguien y no dejar marcas, vamos!

En breve escucharemos a la baronesa andaluza soltar una parrafada sobre el carácter democrático de los andaluces, que colapsaron la web el primer día de votaciones pero no pelean por el dinero que les han robado ni se levantan a votar cuando hay elecciones de verdad. La consulta a las bases ha de ser, pues, cómoda. Pero yo pregunto: ¿por qué no tengo derecho yo a decidir si Andalucía debe o no tener un día más de fiesta en la Feria? ¿Acaso no aumentaría más la recaudación con dos festivos? ¿No atenta a la soberanía nacional que una comunidad tenga más festivos que otra? ¿Qué pasa con el Rocío?

Visto como se las gastan las socialistas y las bases, pienso impugnar el referéndum porque a Euskadi no se le ha preguntado absolutamente nada y Sevilla es de todo el mundo que habita esta piel de toro. Lo que pasa es que lo impugnaré después de que Pedro Sánchez sea un recuerdo tras el Comité de octubre, o del Congreso extraordinario, no vaya a ser que mis razonamientos sirvan de cortina de humo para ver cómo se deshace un partido con tantos sinvergüenzas, charlatanes, amigos de lo ajeno como el PP en Valencia, Convergencia en Cataluña o, por qué no decirlo, el PNV en Euskadi. 

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