Para siempre Rita
El PP tiene un problema con Rita Barberá, y es que, después de muerta, no sabe qué hacer con el cadáver; me pongo en la situación de un político cualquiera, falto de escrúpulos, al que le da igual de dónde proceda el dinero para vivir por encima de sus posibilidades: de comisiones cobradas irregularmente o del narcotráfico (presuntamente). Uno de ellos, Alfonso Alonso, 10 días antes de las elecciones vascas le pidió que “pensara en el partido e hiciera lo mejor para la formación”. Celia Villalobos ha culpado a los periodistas de su muerte, Rafael Hernando ha declarado que “era una mujer que vivía de alquiler” y Cospedal, busto parlante especializado en abrir la boca para no decir nada, la “clavó” declarando que “hasta que no le de un infarto y la mate, no pararán”. Touché.
A Rita Barberá le tocó la muerte de forma natural, mal les pese a muchos de sus compañeros de partido, pero en un año pletórico de citas en las urnas. Su destino dentro del partido que la vio crecer como bestia política habría sido muy distinto tras aquella “hostia” en las municipales de 2015 sin haber mediado citas electorales de por medio.
Teniendo en cuenta que en este país la corrupción no pasa factura, lo hemos visto en las dos elecciones generales del 20 de diciembre y 26 de junio, nadie nos asegura que Rita Barberá no podría haber permanecido rezagada en el Senado durante un tiempo mientras en los telediarios hubieran transcurrido las citas en los tribunales. El acuerdo entre Compromís, Valencia en Comú y Partido socialista del País valenciano arrebató la Alcaldía con esfuerzo a la alcaldesa por excelencia en los últimos 16 años. El pragmatismo de los gobiernos de Izquierda cuando llegan a las instituciones y la interiorización de la gente de que la Derecha tiene la patente de la estabilidad política habría provocado el “blanqueo” en la imagen de una candidata a la que sus compañeros Núñez Feijóo y Alfonso Alonso han criticado por hacer de la Alcaldía su feudo debido a las autonómicas en Galicia y Euskadi, pero no antes; otros dirigentes lo han hecho, para respaldar a “Mariano en Funciones”. Pero la gente, la que ha vuelto a dar la mayoría absoluta en Valencia al PP, tiene el ADN de la Derecha aunque voten diferente en las municipales; estudiantes en barracones desde hace 3 años a los que sus madres y padres, que hacen declaraciones ante los medios, tienen que ir a recoger porque cuando llueve se inundan; concentración de unos 400 progenitores denunciando las condiciones en las que estudian. ¿Cuántos de los ahí presentes votaron al PP el 26J? Más de uno. No se manifiestan por la herencia recibida, esa ya no la recuerdan. Intuyo que, si no llega a ser por la casualidad, Rita Barberá podría haber vuelto a ser alcaldesa, aun en minoría, y volver al País de las Maravillas. Esperanza Aguirre también renunció a la presidencia del PP y se está tomando unas cortas vacaciones porque a según qué edad, hay que cuidarse pero lo mismo la vemos nuevamente de presidenta de la Comunidad o alcaldesa de Madrid. Al tiempo.