Coletazos de Tardofranquismo
Begoña Arnaldes Alonso
Ardía Galicia al grito de la población esta semana. Ardía y se quebraba de Oeste a Este incluida Portugal, ese país colateral que nos ha acompañado a la sombra desde el inicio del milenio y cuya economía brilla a salvo de nuevos recortes económicos, como brilla nuestra exposición a los mismos mientras los líderes del gobierno del PP presumen al sol de recuperación económica y charlan en las tertulias del 155.
Será revestida de legalidad la aprobación del Senado para legitimar el desembarco de la delegación central, cesados President, Vicepresident y consellers, puede que precedida por el Ejército. Arderá la gente en la calle en reivindicación de la llama identitaria, que no prendió por los recortes sociales emprendidos por el Govern en 2008. Más ocupados en defender la unidad y la independencia respectivamente, sobrepasarán el marco legal al apropiarse de competencias transferidas como Educación, con el fin de adoctrinar para la causa de los Reyes Católicos. La España monárquica, de rancio abolengo, antidemocrática y taurina , con Torrente de patrón, rentabiliza su voto curiosamente en minoría, pero preparada para alzar el vuelo real del águila hasta la república (o no) catalana.
¡Por fin rompen los polluelos el cascarón! Aquéllos que pedían olvidar la guerra civil para evitar enfrentamientos entre vecinos y aprender a olvidar se reparten el botín institucional sin haber ganado las elecciones, es decir, sin contar con la población catalana y, tal y como pinta la situación, planeando el águila sobre los partidos independentistas. Sonroja ver a Xabier García Albiol y a Ines Arrimadas destilar fuego por un asiento que no le han proporcionado sus votantes portadores de banderas españolas, símbolo patrio ausente en desahucios y protestas contra recortes en Sanidad o la reforma laboral. Ni siquiera la recuerda Albert Rivera en sus comparecencias; una vez hecha la piña con Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, le falta tiempo para pedir elecciones. Las deudas se cobran y, si es cuanto antes, el golpe de efecto del mazo sobre la mesa se recoge en las urnas.
Fue la Ley Mordaza el preludio de la regresión de los derechos civiles, a la que se han agarrado para encarcelar a los Jordis como organizadores de concentraciones para acusarles de sedición (Santiago Segura les estará eternamente agradecido por la línea argumental) a causa de altercados callejeros cometidos por una minoría de manifestantes. ¿Resultado? Primer caso de sedición en el que es competente la Audiencia Nacional, habiendo ya una sentencia contra el juez Baltasar Garzón en la que se inhibía. Un traje a medida se hace para las ocasiones y esta era la idónea. Utilizar la ley a su antojo mediante una interpretación arbitraria de la misma que le permite al gobierno de Mariano Rajoy mantener a la presidenta del Parlament limitando su potestad legislativa pero destituir al Govern “porque son de elección indirecta”. A esto se le llama en el 155 de la Constitución española “adoptar las medidas necesarias” o coloquialmente, “sacar el conejo de la chistera”: o el Parlament acompaña al águila en su vuelo o el Senado dispone de 30 días para rechazar la norma catalana.
El más que probable adelanto electoral del gobierno del PP y alguna que otra reforma de la Constitución gracias al etéreo Pedro Sánchez y al hetero Albert Rivera son las previsibles consecuencias de la desastrosa estrategia que ha tenido como afán prioritario capitalizar el banco de votos más rancio y español aun a costa de traicionar a las bases (Pedro, ¡qué pena das!) y postularse en los medios a la presidencia de Cataluña con una Arrimadas que se cuece en su propio caldo.
¡Claro que quieren la reforma electoral! ¡No tienen otra cosa en la cabeza! Pero no para revertir el artículo 135, que condenó a las comunidades autónomas a un techo de gasto que sacrificó los derechos de salud y educación de la ciudadanía que les votó. Tampoco hacer ley el principio constitucional que expone el derecho a una vivienda digna; o proteger la libertad de reunión y de expresión. Lo que buscan para perpetuar el sistema tardofranquista que se está resquebrajando, blindar el Bipartidismo para que el espectro social no permita el gobierno de coalición. Buscan que solo pueda formar gobierno la lista más votada y que el águila preconstitucional siga planeando con el balón de oxígeno de la ultraderecha europea. Ya hay amenazas de aplicación del 155 a Castilla La Mancha (gobierna Page con Podemos), Euskadi o Navarra. Al tiempo.
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