Ira

Ser feminista es de guarras

 

Begoña Arnaldes Alonso.

Las mujeres no tenemos libertad ni para prostituirnos. Esta reflexión que suena a tremendismo tiene una base social tan normalizada que inmediatamente provoca reacciones en su contra; es la estructura patriarcal la que responde. Si sueltas esta frase en una conversación con gente, cualquiera te contradice alegando que tu cuerpo es tuyo y nadie te obliga, exactamente la misma reflexión de los naranjas de Rivera defendiendo el altruismo de las mujeres que alquilan sus vientres. Como en todo, la culpa es “de las chicas”, no del sistema ni de la hegemonía machista y cristiana que las usa.

Las mujeres de la Derecha lo tienen claro, por eso a ellas no se las engaña. ¡Mira que hay oportunidades hoy en día en la sociedad tan desarrollada que nos han dejado y cómo han prosperado ellas! ¡Fíjate que nos podía haber dado por ser rectoras, directoras de cine en masa, de medios de comunicación, miembros del Consejo General del Poder Judicial, presidentas de comunidades autónomas o directoras de Emakunde! Esta última, Izaskun Landaida, ha tenido la desvergüenza de declarar que el 8 de marzo se quedará en su despacho como alto cargo que es al calor de la Ikurriña.
Según el olor a naftalina que desprende este sistema patriarcal, a esas mujeres se les sacan fácilmente los colores, naranja y azul, cuando asomamos la patita anunciando la huelga de mujeres del 8M, porque dicen que es de tener poca conciencia eso de dejar de trabajar por menos sueldo (muchos de miseria) que los hombres, o dejar de cuidar a bajo precio o gratis (se ocupa de su familia, que no la hubiera tenido). Entre las que hablan de oportunismo político están Andrea Levy, Inés Arrimadas, y Cristina Cifuentes, esta última con la triste medalla de ahorrar 12 millones de euros destinados a violencia machista desde 2012 y ser la presidenta de la comunidad autónoma que registra el récord de asesinatos de mujeres a manos de hombres.
Y es que las mujeres somos muy raras….dentro de este sistema neoliberal. Tenemos la libertad de crecer y desarrollarnos y nos da por un deseo irrefrenable de realizar tareas del hogar, parir cotizantes a la Seguridad Social o alquilar nuestros vientres, lo último que quiere legalizar este sistema que, como no tiene suficiente con aprovecharse de nuestro barato potencial, ahora se le ocurre sacarle beneficio a la libertad de la mujer para usar su cuerpo. Y es que la potencialidad de un embarazo, factor que se arraiga en la brecha salarial y que hace que una mujer tenga menos posibilidades de conseguir o perdurar en un trabajo, será la fuente de felicidad de una mujer que, educada en el substrato de la compasión, la pena y la culpabilidad, optará por ser libre para concebir y regalar a su hijo a otra mujer; y será más feliz cuando recoja el pago a su generosidad con el que ella y su familia vivirán un par de meses. Veo hordas de mujeres del madrileño barrio de Salamanca y de Neguri en lista de espera para concebir altruistamente. Nigerianas, ucranianas o sudamericanas no, que vendrán en camiones y aquí ya estamos saturadas de inmigrantes que se prostituyen libremente porque nadie les manda.
La “perla” de Inés Arrimadas a la pregunta de si hará huelga es que considera que la huelga es contra el Capitalismo, e ir contra el Capitalismo para Ciudadanos, así como para el PP, PNV y algún otro es de guarras, aunque son muy finas y no se atreven a decirlo porque pierden votos. La mujer tiene libertad para usar su cuerpo y su tiempo cuando el Neoliberalismo decide por ella. Por eso el acoso sexual, la violencia y los asesinatos de los hombres que las quieren dominadas, la no discriminación en el trabajo y los cuidados en el hogar y la dependencia son cosa de “esas chicas”, las pobres, las guarras que se dejan violar, las desconsideradas con la producción que perpetúa al hombre en puestos de poder, las paridoras por definición, la fuente de ingresos del Patriarcado, las que no saben solucionar sus problemas con sus parejas y son desfiguradas a hostias… Las primeras, en su feminismo de clase, no van a la huelga. Las que opinamos que lo sexual es político estaremos en las calles.

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