Ira

Cuestión de narices

La coyuntura política actual, es decir, la precampaña y las elecciones a la vuelta de la esquina, traen de cabeza a los líderes políticos. Los programas de televisión se los rifan y ellos y ellas se pegan por salir en “prime time”, ya sea bailando o volando en globo. Se trata de venderse y  decir que todo va de narices, es decir, se trata de mentir y defenestrar al contrario por no haber sabido hacerlo, con lo fácil que es.

Al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, firme defensor de la política ¿nueva?, dicen algunos que le pica mucho la nariz de tanto decir mentiras, y él responde que la culpa la tiene Podemos. El resto de periodistas ha decidido seguirle el juego y no les importa que haya vendido preferentes en su época de trabajador de La Caixa, que se olvide de la Ley Mordaza o que su código ético no le impida pactar en Andalucía con el PSOE y todos sus ERES. O que se pase las primarias por el forro, como denuncian muchos militantes de base, puesto que se presenta gente con menos de nueve meses de antigüedad. Lo importante es ser el nuevo y tener una visión de la política exterior que para sí la quisieran el resto de las formaciones de la vieja política. 

Tiene un defecto el  líder de Ciudadanos, y es la falta de mano izquierda de tanto rascarse las narices y tocarse la sien. Para querer enterrar las antiguas tácticas de los políticos que nos vienen gobernando desde 1978, el país no va a cambiar en nada: está dispuesto a ir a la guerra y  bombardear Siria, reclama gestores externos en las empresas públicas, mantiene en el partido a un imputado, Jordi Cañas, continúan aquéllos que falsean los currículos, lo cual ya es triste porque para ejercer la política solo tienes que ser mayor de edad y tener el DNI en vigor…. 

Varias han sido las ocasiones en las que cuando hace política de Derecha, Albert Rivera ofende la inteligencia de la gente, y cuando la hace de Ultraderecha, la memoria de los muertos. “La fosa del abuelo que me comprometo a recuperar” contrasta con el mantenimiento de los símbolos franquistas, cuya retirada “es una pérdida de tiempo”. ¿A nadie se le ha ocurrido denunciarle? No. No hay gente que provoca, sino gente que se siente provocada. 

Por eso no entiendo por qué Rivera se siente provocado cuando alguien le menciona tocándose la nariz y suenan risas de fondo; en el mismo contexto  se le llamó borracho a Cristóbal Montoro y ha decidido no perder su tiempo en lo que se diga en un teatro. Es más, Alberto Núñez Feijóo, en A Coruña, se ha dejado fotografiar en el yate de un reputado vividor, Marcial Dorado, y sin necesidad de rascarse la nariz dijo no tener ni idea de la trayectoria profesional del narcotraficante más famoso de Galicia. Mariano Rajoy fue más lejos y se metió en la embarcación del clan  “Os Caneos”  para dar una rueda de prensa, todavía no era la época de Soraya, y luego alegó que se metió en el primer barco que encontró. 

Por eso digo, ¿por qué tomarse las cosas tan en serio cuando hasta la familia se equivoca y aquí no ha pasado nada? Lo que hay que hacer es aprovechar la coyuntura y seguir la broma, así es que ¡démosle una oportunidad a esta joven promesa de la política!, que lo único que busca es rebajar el déficit público y subir el PIB estrechando relaciones con Colombia y así tener un actor en Latinoamérica capaz de ponerse de nuestro lado cuando acaben con el régimen bolivariano de Hugo Chávez. Visto así, el futuro, y por supuesto el presente, es Ciudadanos.

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

ACEPTAR
Aviso de cookies